El Tejo es un árbol singular, antiguo, milenario. Es un árbol místico, diría yo, de leyendas y cavilaciones. Cientos de estas leyendas e historias misteriosas relacionadas con su toxicidad sazonan la aureola de ensueño que rodea a éste abuelo vegetal. Nosotros vamos a conocer algunas.
Este árbol de terrenos calizos pero que también tolera bien los silíceos y se adapta lo mejor que puede a los arcillosos, crece con frecuencia en desfiladeros y cañones rocosos, introduciendo sus raíces de un modo sorprendente entre las grietas más inverosímiles, como el Tejo que cuelga de manera sorprendente sobre un roquedo del Parque Natural de Valderejo, en Álava.
Su ecología le ha llevado a colonizar desde terrenos “pizarrones” o graníticos como sucede en muchas partes de Lugo o Segovia, hasta terrenos castigados por la sequedad o el sol, como ocurre en la sierra de Mariola, Alicante.
Pero el Tejo es, ante todo, un morador de zonas húmedas, montañosas y frías, ése en su hábitat por excelencia.
“Taxus baccata” no crece en el bosque formando grandes manchas forestales sino que crece de forma aislada o dispersa en el seno de otros bosques. Esto no quiere decir que no se “consumen” algunos “rodales” con ejemplares centenarios que dan alimento y protección a mamíferos como el Tejón que, por cierto; ¿de dónde vendrá su nombre?.
Cuando antes me refería al Tejo como “abuelo vegetal”, es porque entre las especies arbóreas europeas el Tejo es una de las más longevas. Por poner un ejemplo de esta propiedad podemos hablar del Tejo plantado frente a la abadía de Fontaine, en el norte de Francia, que sirvió ya por el año 1134 de refugio contra la lluvia para los monjes que se afanaban en la construcción de la misma.
Otro ejemplo curioso es el Tejo de Fortingall, en Escocia, considerado como el ser vivo más antiguo de Europa y que ha sido datado junto a un monumento funerario celta en más de “2000 años”, sí sí, has leído bien, “más de 2000 años” de antigüedad, ahí es nada. No obstante la media de edad de los Tejos españoles o europeos viene rondando los 800 años, que no es poco.
EL TEJO Y LA ETERNIDAD
El Tejo, al igual que le ocurre al ciprés en las culturas mediterráneas, representa la eternidad en las culturas atlántico europeas.
Este árbol se plantaba en cementerios y santuarios hace milenios precisamente por lo que significaba para las gentes de la época. También por su longevidad, aspecto y toxicidad, que le otorgaba el “san benito” de letal. Era habitual que se realizaran asambleas o fueros regionales al amparo de su sombra para que así quedara fiel constancia de la eterna validez del acuerdo.
Fue tal la veneración de éste árbol que hasta nuestros días llegan reminiscencias y costumbres que en “antaño” fueron “quehaceres” obligados, tales como poner una plántula o brote recogido en el monte, cerca de las nuevas construcciones o “bendecir” sus ramas en el Domingo de ramos, como si de una rama de palma se tratase, para posteriormente colocarla en las ventanas como protección contra rayos y desgracias.
Pero si hemos dicho que el Tejo tuvo un gran valor emocional en las culturas celtas y atlántico europeas, no menos fue el aprecio que procesaron éstas a su madera……(Pero esto lo trataremos en la 2ª parte).
2 comentarios:
si intentas llegar tarde a un concierto publica 30 min antes de quedar...
te voy a dar de comer una sopa de hojas de tejo, a ver que te pasa, ok??
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