domingo, 28 de diciembre de 2008

¡QUE PULPO MÁS CURIOSO!

En estas fechas es habitual comer con los amigos o con la familia un estupendo pulpo a la gallega o con unos sabrosos cachelos, pero pocos son los que se acuerdan de la vida que llevaba este inquilino habitual de la “cazuela” en su estado natural. Por esta razón vamos a hacer un reconocimiento “post-morten” a éste exquisito molusco.

En nuestras costas, la especie más habitual de pulpo es el pulpo común o roquero, “Octopus vulgaris”, al que no es difícil observar haciendo submarinismo en cualquier parte del litoral peninsular.
Si nos sucede esto ultimo podremos deleitarnos con el bonito espectáculo de ver como este molusco cambia de color a medida que se desplaza por los distintos tipos de fondo, o como deja tras de sí un auténtico “cúmulo” parduzco que impedirá que descubramos su próxima guarida. Todo ello, claro está, si somos capaces de sorprenderlo en su escondite, entre las rocas, empresa nada facil por su alto mimetismo y su carácter curioso y observador. En su escondite es donde con sus robustas mandíbulas en forma de “pico de loro” troceará y desechará las partes esqueléticas de cuantos moluscos, poliquetos, crustáceos o peces haya podido capturar por la plataforma continental, haciendo buen uso de las glándulas salivares de su boca, que con el veneno que secretan más la fuerza y presión que pueden ejercer sus ocho brazos o tentáculos inmoviliza a sus presas sin ningún miramiento ni dilación.
Ataca rápido, como se desplaza y a pesar de alcanzar más de 4 o 5 kilogramos de peso es capaz, como animal bentónico que es, de desplazarse reptando por el fondo, usando las ventosas para adherirse a él. Así, se mueve con gran agilidad y velocidad hasta que detecta algún peligro cuando, no dudará en contraer violentamente los músculos del manto para hacer salir de la cavidad paleal y a través del sifón un buen chorro de agua que le impulsará donde él desé. Esto de lo que hemos hablado es la típica propulsión a chorro de los cefalópodos.

Si todo esto nos parece poco, para completar el “stock” de esta especie diremos que tiene una visión monocular con un campo visual de 360º y con una estupenda y nítida calidad de imagen en blanco y negro. Sus ojos son muy semejantes a los de los vertebrados.
Para terminar, el complejo nupcial de "Octopus vulgaris" es activado por las temperaturas del agua y las horas de luz, entonces el macho y la hembra se fundirán en un espectacular abrazo, formando un solo “ende” repleto de tentáculos.

6 comentarios:

Vida inhóspita dijo...

Vamos a ver, si haces un reconocimiento post-morten es que lo vas hacer después de su muerte, es decir, como llega a nuestras casas y lo cocinamos. Tu lo que has hecho es describirlo antes de la muerte o no? No se, igual lo he entendido mal.

Santa Biología dijo...

Parto de que es "un inquilino habitual de la cazuela" y que en estas fechas es habitual comerse un a de estos cefalópodos, así que es como si estuviera muerto, vamos que es una forma de hablar. Es como si escribiera el artículo mientras tengo el pulpito delante de los "morros" metido en la cazuela.

Un saludo......¡¡¡¡la fotooooo!!

Vida inhóspita dijo...

Vale, todo aclarado.
La foto la tendras antes de reyes como regalo de navidad

Vida inhóspita dijo...

Pero que conste que és bastante ambiguo, xq el reconocimiento es post-morten pero se trata de cuando está en vida.
Sabía a lo que te referías, pero para tocar un poco los huevos.

Santa Biología dijo...

Si quieres tocar los huevos, wno mejor dicho el....Vuelve a comentar el artículo de la melatonina....

De todas formaas ahora voy a dar una wlta por "vida inhóspita" a ver que se cuece....

Anónimo dijo...

tiiio, se dice guarida, no huarida*

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