miércoles, 8 de febrero de 2023

Punto y final

Así, de forma sencilla y rápida, hoy y ahora, quiero poner punto y final al blog.

Es una decisión meditada y necesaria, en la vida siempre existe un comienzo y un final, creo que así debe de ser, no existe nada bueno eternamente ni malo tampoco. Además yo necesitaba poner punto y final al blog, a una etapa bonita pero ya pasada y poder así, olvidarme en cierta manera de ella.

Comencé este blog para obligarme a escribir y así intentar corregir la inmensa cantidad de faltas de ortografía que cometía. Con el paso de las entradas le cogí gusto a esto de golpear la tecla y pasé muy buenos momentos delante del ordenador. Escribir en el blog también me sirvió para combatir la soledad del estudiante que vive fuera de su casa y lejos de sus amigos. Estoy satisfecho con el blog y también con la etapa que se va con él, etapa siempre mejorable pero que también pudo ser peor.

Adiós amigos, me voy a dormir tranquilo porque con este punto y final concluyo con cariño un proyecto que comencé hace muchos años, que alimenté y ahora me apetece dejar ir. Los proyectos que se terminan son siempre satisfactorios

Me voy a dormir junto a mi mujer y mi hijo hoy miércoles 08 de febrero del 2023 y en silencio les daré las gracias por acompañarme durante otra increíble etapa de mi vida.

Ahora me toca enseñar a mis hijos a amar a la naturaleza casi tanto como yo les amo a ellos, ese será mi blog


Gracias por leerme

Aarón 

martes, 9 de febrero de 2016

Es el mismo sentimiento

No es un sentimiento nuevo, ni mucho menos, pero no por ello se convierte en positivo. Es un sentimiento incómodo, pesado como una losa que muchas veces me hace perder la noción de la otra realidad, esa en la que las personas son felices con pequeños momentos de quietud, disfrutan del día a día sin pensar continuamente en que deberían haber hecho esto o aquello, sin pensar en que no han hecho lo suficiente.
La quietud siempre me ha producido miedo, no se si absurdo o no, pero miedo al fin y al cabo. Desde niño he sido inquieto como una musaraña e incómodo como un grano en el culo. No obstante la mayor incomodidad siempre me la he producido a mí mismo al pensar en que no me he esforzado lo suficiente, o que debería hacer más cosas de las que hago.

Algunos dicen que es inconformismo pero yo creo que es un problema. Cuando era niño pensaba en ser mayor, cuando estudiaba pensaba en trabajar y ahora que trabajo me quita el sueño esa sensación de quietud, de estancamiento que desde niño me ha producido vértigo. Me da miedo asomarme al tiempo perdido, a que en él se refleje el fracaso, mi fracaso. 
Me cuesta disfrutar de cada momento porque para cada momento ya he planeado su final. No logro relajarme al final del día porque nunca logro realizar todos los planes que había pensado en su comienzo.
Y de nuevo la quietud, de nuevo el tiempo perdido, de nuevo el mismo sueño y la misma sensación de estancamiento.

Y como dije al principio, esta sensación no es nueva, es la misma sensación, son las mismas palabras, es el mismo texto que aparece en mi diario hace ahora siete años. 
Es el mismo sentimiento, pero no por ello se convierte en positivo....

jueves, 7 de noviembre de 2013

Queso de Valdeón, queso anticancerígeno

Los alimentos funcionales son aquellos alimentos elaborados no solo por sus características nutricionales sino para mejorar la salud y reducir el riesgo a contraer enfermedades de quien los come.

Hay un grupo de alimentos a los que llamamos funcionales que resultan de agregarles componentes biológicamente activos como antioxidantes, vitaminas, minerales o ácidos grasos. Hay otro grupo de estos alimentos cuyas características beneficiosas para la salud no provienen de ningún aditivo sino que los generan ellos mismos durante el proceso de elaboración, a través de las fermentaciones por ejemplo. A este segundo grupo pertenecen los quesos azules.


Y puestos a hablar de quesos yo os quería hablar de uno en concreto, el queso de Valdeón. Un queso azul que se produce en uno de los valles más bonitos y carismáticos de la provincia de León, centro neurálgico de los Picos de Europa, el valle de Valdeón. No voy a hablar aquí de su versatilidad en la cocina, es de sobra conocido su sabor fuerte y su textura blanda ideal para acompañar cualquier carne, os voy a hablar de la presencia en él de un conocido compuesto anticancerígeno, la Andrastina.

Las andrastinas son un grupo de compuestos (meroterpenoides) aislados en un hongo del género Penicillium allá en el año 1995 y muy lejos de Valdeón, en Tokio. En 2006 se descubrió que eran varias las especies de Penicillium que producian estas sustancias, entre ellos Penicillium roqueforti, una de las bacterias encargadas de la fermentación de los quesos azules. Conociendo esto, el instituto de biotecnología de León se lanzó ya no solo a determinar la concentración de andrastina en distintos tipos de quesos azules tanto de España como de fuera de nuestras fronteras sino a determinar también si el consumo moderado de estos quesos retardaría la aparición, ayudaría a palear o bloquearía el avance de distintos tipos de cáncer y aunque este segundo punto todavía esta en el aire, lo que está claro es que el queso de Valdeón contiene una media de 20 microgramos de sustancia anticancerígena por cada gramo de queso, una cantidad mucho mayor de la que contienen otros quesos azules de Dinamarca, Francia o España como el queso de Cabrales o el queso de Treviso.

Las andrastinas son un potente inhibidor de la enzima farnesiltransferasa (FTPasa) que se encuentra en la proteina oncogénica Ras, presente en el 50% de los casos de cáncer de colon y en más del 90% de los casos de cáncer de páncreas. La andrastina no deja que nuestras células cancerosas se dividan descontroladamente, ni permite tampoco que se desplacen y formen nuevos carcinomas en otras partes de nuestro cuerpo.

En un momento en el que se estima que un tercio de los procesos cancerígenos provienen de nuestra alimentación estudios como este vienen a arrojar luz sobre uno de los grandes retos que tiene la humanidad en este recién parido siglo XXI.

En fín, a comer queso de Valdeón.


domingo, 27 de octubre de 2013

¿Hablamos de marcas?

Tras los cuartos de final los informativos de todo el mundo hablaban de él, para todas las páginas de apuestas nuestro hombre era el claro vencedor. Medio mundo hablaba de la carrera de ayer y no es para menos, Tom Burke voló sobre el tartán del estadio Olímpico de Tokio y estableció la nueva plusmarca mundial de los 100 metros lisos en unos espeluznantes 8'94 segundos, siendo el primer hombre de la historia que ha conseguido correr por debajo de los 9 segundos.

En las semifinales el atleta estadounidense aventajó al segundo clasificado de su serie en casi 10 metros con una solvencia y una facilidad jamás vista hasta la fecha, parando el crono en unos estratosféricos 8'97 segundos. Para todos los periodistas deportivos estamos asistiendo a algo histórico, para todos ellos Tom Burke es un portento físico, una máquina de correr, un Hércules de otra galaxia.

Así como la vida no es en blanco y negro la nueva plusmarca mundial del hectómetro no probiene del denodado esfuerzo de nuestro atleta por encontrar su límite en cada entrenamiento, o al menos, no sólo probiene de eso. Pero vayamos por partes.

En el año 2020 la terapia genética es un tipo de técnica muy difundida entre enfermos de diabetes, de Parkinson, de Alzheimer o de enfermedades neurodegenerativas como la esclerosis múltiples pero poco o nada entre deportistas, o mejor dicho, poco o nada conocida debido a que la IAAF la incluyó en la lista negra de técnicas fraudulentas durante los juegos de Río de 2016, tras un pequeño rumor que ensombreció la carrera de dos grandes triatletas mundialmente conocidos. Pero a lo que íbamos, no nos desviemos del tema. Doce meses antes de las olimpiadas de Tokio un médico de Oregón, el Doctor Salazar, le puso sobre la mesa a Burke una propuesta tentadora para cualquier velocista: ¿Qué le parecería si lograra que sus células musculares expresaran la isoforma IIb de la miosina?

En condiciones normales esta isoforma no se expresa en el ser humano, aunque su gen si está presente en el genoma de nuestros músculos esqueléticos. El ser humano es quien no lo utiliza pero tenerlo lo tenemos, reminiscencia de nuestro pasado.

Esta isoforma de la miosina dotaría a nuestras fibras musculares de unas celerísimas características funcionales. Esta isoforma la presentan roedores como la rata o la musaraña que necesitan huír rápidamente de sus depredadores naturales y confiere a nuestras fibras musculares una velocidad de contracción y una potencia que para nada tiene que ver con la que generan las isoformas habituales, IIx o IIa.  Burke no sabia muy bien de lo que le estaba hablando el doctor pero si retuvo en su mente dos palabas: "Potencia" y "velocidad".

El doctor Salazar prosiguió con su explicación: El gen de la miosina IIb debe de ser activado por un factor de trascripción, una proteina y para ello hay que crear esa proteina. Acto y seguido el médico mostró a Burke un vial con un poco de líquido en el fondo y mirándole a los ojos le dijo: Aquí esta el gen que introduciremos en tus cuádriceps, plopíteos, isquiotibiales y glúteos. Él, junto con un retrotransposón se encargarán de que sintetices la proteina que active a la isoforma IIb de la miosina.

Son las nueve de la noche, 19 de Agosto del 2020, hace 22 grados y la humedad es altísima. Los focos del estadio Olímpico iluminan la figura esbelta y poderosa de un estadounidense de 23 años que se dirige a la calle 4. Millones de personas están pendiente del televisor, el mundo entero sabe que está ante un momento histórico, saben que si siguen con sus ojos la galopada de ese hombre serán partícipes de una de las mayores gestas deportivas de la humanidad. Burke coloca los tacos, hace dos salidas brutales y piensa, piensa que es el mejor, que ha trabajado muy duro y durante muchos años para estar ahí, se dice así mismo que va a ser el vencedor, que no hay nadie como él y que el doctor le ha dicho que puede correr al cien por cien, "no habrá efectos secundarios Buke, corre con todas tus fuerzas".

- "In your marks!!...ready!!...BANG!!"

La salida ha sido espeluznante, el público se levanta de sus asientos atónitos, en solo dos zancadas Burke ya aventaja tres metros a sus rivales, su zancada es poderosa, grandiosa, su frecuencia es muy superior a la del resto, pasa los 50 metros con una ventaja de casi 10 metros sobre los demás, es un auténtico espectáculo verle como se desplaza sobre la pista y de repente Tom Burke siente una punzada en el Isquio izqierdo, se lleva la mano hacia atrás y cuando lleva 80 metros, rozando la gloria, la punzada se vuelve totalmente insoportable al contraer la musculatura, sólo siente dolor y unas décimas de segundo más tarde la maquinaria vuela por los aires. La rótula de Burke cede ante la fuerza brutal que generan sus cuádriceps. El tendón rotuliano lleva consigo un trozo de tibia que parte inmediatamente en dos y hace que los músculos de Tom se disparen como un resorte hacia su cintura formando un cuadro macabro que pone fin a la carrera de nuesto super hombre. El estadio enmudece de repente y un viejo médico mira a través de su gorra de Nike como la llama Olímpica desaparece poco a poco del pebetero del sol naciente llevándose consigo el espíritu olímpico que tiempo atrás enorgulleció la infancia de muchos de nosotros.

lunes, 1 de julio de 2013

Cuestión de etiquetas

Hola chicos, he añadido a la derecha del blog un nuevo "Gadget" y lo he titulado "etiquetas". Con la plantilla actual que cuenta el blog no había manera de ver las entradas ordenadas por temáticas, ahora si. Todavía tengo entradas que no tienen etiquetas, las iré añadiendo poco a poco, mientras tanto espero que al separar las entradas por temáticas os resulte más fácil manejaros y cacharrear por las más de 400 entradas con las que cuenta el blog. Espero que os resulte útil y sobre todo gracias por leerlo.


Un saludo

jueves, 27 de junio de 2013

Picos de Europa desde Cordiñanes

Cordiñanes es un pequeño pueblo al norte de la provincia de León que sin duda tiene más vacas que habitantes. Entablado en el valle de Valdeón está a escasos kilómetros de la más conocida ruta del Cares. En este bonito pueblo, atalaya desde la que el mirador del Tombo divide a picos en dos imponentes macizos comenzamos la ascensión a Collado Jermoso.


Tras dejar el coche a la entrada del pueblo, en una fuente a la derecha de éste comenzamos la ascensión. Cruzamos el pueblo en apenas doscientos metros y un camino nos lleva diréctamente a una señal que nos indica por donde debemos continuar, no tiene pérdida.

Después de 10 minutos de subida constante por los prados del pueblo nos encontramos con la primera dificultad de la ruta, que no es otra que atravesar una pared caliza aparentemente infranqueable. A medida que nos acercamos a ésta nos damos cuenta que hay un pequeño camino escavado en la roca, peligroso por otro lado, así que con mucho cuidado y pegados a la roca lo flanqueamos rápidamente y siguiendo la senda nos adentramos en el bosque de Hayas que se abre antes de la vega de Asotín. La vega de Asotín en una inmensa pradería preciosa en la que una señal nos indica que debemos desviarnos a la izquierda para ascender al refugio más antiguo de Picos de Europa. Y así lo hacemos.


Aquí ya estamos a 1400 metros pero seguiremos subiendo hasta por encima de los 2000, donde se encuentra el refugio. Salvamos la siguiente dificultad hasta Collado Solano donde nos paramos a contemplar las bonitas vistas sobre el valle contiguo y la enormidad del macizo central para continuar a la derecha por el tramo que se conoce como "las traviesas de Congosto" donde nos deleitamos con las correrías de nuestra "Rupicapra rupicapra cantabrica". Apenas nos separaban 50 metros de uno de los animales que mas me han marcado en mi infancia, el rebeco. Esta "gamuza" es gregaria y conté hasta 11 ejemplares de los que cinco o seis eran ejemplares jóvenes, posíblemete sea su segundo verano por estas cumbres.

Al final de las traviesas de Congosto encontramos la que para nosotros sería la mayor dificultad hasta el refugio y es que nos encontramos con varios neveros de nieve más o menos dura que nos hizo plantearnos continuar. Al final decidimos intentarlo no sin antes armarnos de valor y es que sólo llevábamos zapatillas de montaña "Moncho" y yo, quienes fuimos por delante abriendo paso como pudimos. Esta zona sin botas o crampones es peligrosa, un pequeño traspiés pueden dar con tus huesos en el fondo de la canal 500 metros más abajo, osea, puede ser fatal.

Al final y con la inseparable compañía de la chova piquigualda conseguimos nuestro cometido, que no era otro que poder comer en Collado Jermoso. Nos costó un poco más de lo que pensábamos y tuvimos que valernos de algo más que de los piés para ascender pero al final mereció la pena. En el refugio nos prepararón unos macarrones a la boloñesa que se nos antojaron los más esquisitos de cuantos hemos probado nunca. La calidez del recibimiento, la conversación de la gente del refugio, esa cerveza a más de dos mil metros de altura y esa foto con los amigos no tienen precio.



Volveremos, sin duda.

jueves, 17 de enero de 2013

Sí a la caza

Os pongo en situación. Hoy al ver en el Facebook la foto que más abajo podéis ver, yo dije que estaba en desacuerdo con dicha afirmación y al preguntarme la persona que colgó la foto el porque de mi desacuerdo le contesté todo lo que viene a continuación. Solo espero no aburriros, pero me ha parecido interesante compartirlo a través del blog porque es ésta mi opinión sobre un tema bastante en voga últimamente.


... Cuando la mayoría de la gente se opone a la caza o la demoniza, si le preguntas la razón de este divorcio te das cuenta que las razones que hacen que se opongan a esta son razones muy poco razonables, muy lejos de la realidad de nuestra naturaleza y de sus necesidades. La gente cuando habla de la caza, piensa en maltrato, armas, muerte...etc (muy lejos de la realidad). Y casi siempre, desde un punto de vista moral (aquí habría que ver a que consideramos moral o donde ésta se debe o no se debe aplicar) intentan justificar su oposición a la misma. Hay que decir, por mucho que les pese a algunos, que la naturaleza es totalmente amoral, no digo que nosotros no utilicemos la moral, solo digo que la naturaleza no la necesita, no conoce ese término.

El ser humano ha desequilibrado la naturaleza desde el momento que se ha valido de ella para su propio beneficio (hasta aquí como cualquier ser vivo), la diferencia con otros seres vivos es que el ser humano además de valerse de ella la ha modificado, ha modificado el ecosistema y el hábitat en el que vive para que así le sea más fácil vivir, sacar más beneficios de él. Por así decirlo, en este momento es el hábitat el que se adapta a nosotros, no nosotros a él. Por todo esto es nuestra especie la que más y de una forma más intensa ha modificado los ecosistemas en los que aparecemos, pero esto no es nuevo, ya sucede desde tiempos inmemoriales, desde el neolítico dirá mucha gente. Nuestra especie es así, lo llevamos en los genes, podemos utilizar nuestro raciocinio para que este desequilibro entre naturaleza y ser humano no se pronuncie más ya que somos parte de ella y sus problemas son los nuestros, si la maltratamos a ella nos estamos maltratando a nosotros mismos y a nuestros hijos pero sin olvidar que ya la hemos cagado mucho y el desequilibrio es patente. En la actualidad, no porque dejemos de hacer actividades en la naturaleza, dejemos de cazar, pescar, escalar montañas, hacer turismo rural o aprovechar los recursos que nuestros bosques nos brindan ésta va a volver a su estado inicial, no, esto no sucederá.

No digo que dejemos las cosas como están, no, ni que esquilmemos nuestro patrimonio natural, tampoco. Es aquí, en la forma en la que abordemos el problema donde donde creo que está la clave de la cuestión. Muchas veces no avanzar no significa quedarse quieto en el mismo lugar, sino retroceder, esto mismo sucede con nuestro medio natural. Cuando la mayoría de la gente piensa en la naturaleza ideal, en como quiere ver, en este caso, los parques nacionales sin caza, piensa en un parque nacional lleno de animales, ideales y divinos de la muerte, mofetas rezumando aire de Loewe por el culo y ríos de aguas transparentes llenos de unas cosas que son como las truchas de la piscifactoría que compra mamá y que te rozan cuando vas a bañarte los domingos al curueño y llenas sus márgenes de despojos varios y bolas de papel albal. Nada más lejos de la realidad y ni que decir tiene que las causas de no ver a Bambi cerca de la carrertera o que Nemo no sea quien te roce la entrepierna no es la actividad cinegética.

Bien, pues nuestro ecosistema, en el que vivimos y dentro del cual también se encuentran los parques nacionales, está tan modificado que si nosotros dejamos a la naturaleza en paz, como muchos quisieran, no se conseguiría ésto, sino todo lo contrario, quizás acabásemos con nuestra flora y fauna tal y como la conocemos. La gran mayoría de los ecosistemas terrestres dificilmente se mantendrían como los conocemos (o mejor) sin nuestra ayuda y sin nuestra intervención. No hacer nada se llama preservación, y puede ser contraproducente. Al igual que los coches o los aparatos mecánicos que necesitan ser utilizados para que se mantengan en buen estado a la naturaleza le sucede lo mismo. Si nosotros queremos que nuestros parques nacionales funcionen, su fauna y su flora se mantengan en un estado óptimo, tenemos que concienciar a nuestra sociedad de que son necesarios para nuestro bienestar, los necesitamos. Y que mejor manera de necesitarlos que vivir de ellos.

De la misma forma que la mejor manera de mantener nuestro medio rural, sus tradiciones y su cultura es que haya gente en los pueblos, niños que vayan a la escuela y abuelos que les cuenten a la luz de la lumbre sus historias y sus mentiras. Niños que vean la matanza y que sientan el amor por ese medio y sus moradores que sienten sus abuelos, que compartan su forma de vida, que palpen nuestro patrimonio de su mano, como decía, de la misma manera que esta es la única forma de que nuestro medio rural se conserve, la única forma de que nuestro ecosistema se mantenga y mejore es que aprendamos a conservarlo. Esta es la clave, conservación frente a preservación. Conservar significa cuidar de nuestra naturaleza porque nos interesa, porque nos beneficia, porque sin ella nuestro modo de vida desaparecería. Y para conservarla la gente que vive en el medio rural tiene que beneficiarse de ella, como lo ha hecho siempre, tiene que vivir en simbiosis con ella, como lo ha hecho siempre. La solución no pasa por no hacer nada en nuestros parques nacionales sino hacer un aprovechamiento sostenible de ellos, para que la gente de nuestros pueblos no se vaya, no desaparezca, para que haya trabajo y así se queden en ellos. Si nuestros pueblos desaparecen, nuestra naturaleza tal y como la conocemos también. Estas gentes son los mejores guardas de campo posibles, los mayores conservacionistas, los que más aman nuestra naturaleza y los que mejor la comprenden porque para eso se han criado en ella.

Si no queremos que nuestros pueblos desaparezcan sus gentes tienen que tener un modo de vida, y aquí es donde tanto la caza, como el turismo rural, como la pesca, como las cooperativas, como las empresas rurales, los pequeños negocios, la agricultura y la ganadería, la apicultura, las serrerías se vuelven no un capricho "moral" sino una actividad necesaria y beneficiosa para nuestro medio rural y para sus gentes, para nuestra naturaleza en definitiva. Son actividades sostenibles, modos de aprovechamiento del hábitat que dinamizan nuestras zonas rurales y les reportan un dinero necesario a ayuntamientos, mancomunidades, familias y personas de nuestro medio natural y de nuestros parques nacionales. Cuando se habla desde la ignorancia es muy fácil dejarse llevar por juicios de valor, de ideas moralistas que están muy lejos de las necesidades de nuestro campo y de nuestra naturaleza y más con un tema tan especial como es la caza, en el que es muy fácil utilizar demagogia barata pero no por ello acertada. La caza juega un papel "vital" como actividad sostenible necesaria para conservar nuestros parques nacionales, no por más cazar nos vamos a quedar sin fauna o sin determinadas especies cinegéticas, no, esto no es así porque la caza en ellos esta bien regulada y siempre bajo el asesoramiento de expertos que tienen muy en cuenta el relevo generacional y el ciclo de vida de nuestras especies. No es cazar por cazar, es cazar sin que perjudique a nuestra fauna, de acuerdo con las posibilidades del parque y que ésta repercuta en un mejor nivel de vida de los habitantes de estas zonas rurales, que no se cierren las escuelas y que los niños todavía puedan correr por nuestros pueblos. Ya dije que no por dejar las cosas como están sin tocar nada, sin cazar, sin pescar, sin talar arboles, sin cultivar, sin generar negocios en la zona, sin dejar que la gente pasee por el parque o escale una montaña vamos a hacer que las cosas mejoren, no todo lo contrario. Y todo en su justa medida.

Y no voy a entrar a valorar la caza desde otros putos de vista como puede ser el control de poblaciones, algo que para la gente que no este muy familiarizada con la naturaleza le sonará a chino. Y es que hay poblaciones silvestres que por el desequilibrio que hemos causado en nuestro ecosistema, hoy día al no tener predadores por encima de ellos, o no los suficientes, crecen de forma desmesurada, sin control, perjudicándonos no solo económicamente sino llegando a suponer un peligro físico para el ser humano. Para estas poblaciones se lleva a cabo un control poblacional, en el que en la mayoría de los casos se utiliza la caza, ya que es el método más natural y menos dañino para erradicar el problema, amén de sacar de paso un beneficio económico en esta erradicación, ya que los cazadores pagan por hacer el trabajo que de otra forma deberían llevar a cabo cazadores profesionales o las fuerzas de seguridad del estado. Vease los descastes de los conejos o la epidemia de la sarna de nuestro rebeco cantábrico. Por no poner ejemplos lejos de nuestras fronteras con innumerables especies cimarronas (pongo un enlace por si quieres leer más al respecto sobre estas especies /segunda parte/). Tampoco hay que olvidar que el primer parque nacional de España fue el parque de Covadonga, lo que hoy es Picos de Europa. Este parque nacional antes de serlo fue una reserva de caza, y fué entonces cuando se llevaron a cabo los primeros censos de fauna silvestre de nuestro país, es curioso no, una reserva de caza es la que realiza unos de los primeros censos conocidos y exhaustivos de su territorio. Pues es cierto y es que no hay que olvidar que los cazadores, los buenos cazadores son los primeros y principales conservacionistas y ecologistas.

Como en todos los colectivos puede haber ovejas negras pero no por ello debemos satanizar a todo el colectivo, no nos confundamos y tener en cuenta que cuando muchas veces oímos: Un águila imperial muere envenenada en una finca de caza, no quiere decir ni que los cazadores ni que el dueño de la finca la hayan matado adrede, no quiere decir que en pos del beneficio de las especies cinegéticas hayan terminado con la vida de una rapaz tan emblemática y majestuosa. Puede ser veneno o fitosanitaros que nada tienen que ver con la caza ni los cazadores y más con el aprovechamiento agrícola y ganadero de la zona, como pasó con la clorofascinoma utilizada contra la plaga de topillos campesinos que asoló los campos de castilla la vieja hace tres veranos. Y no por todo esto vamos a crucificar a todos los agricultures.

Todo es relativo. La caza es una actividad tradicional y de vital importancia en la conservación de nuestro ecosistema y su buen funcionamiento.

viernes, 19 de octubre de 2012

Ahora en mis manos



Título: Memorias de una vaca
 
Autor: Bernardo Atxaga
 
Páginas: 204

Editorial: SM

Precio: 8,20 euros 

Año de edición: 1992

lunes, 17 de septiembre de 2012

Gregorio Marañón

Aquí os dejo este excelente reportaje de Gregorio Marañón que he encontrado en otro magnífico blog como es "el devenir de la ciencia".


viernes, 17 de agosto de 2012

Apuntes de Genética Molecular (UB)

Aquí os dejo unos apuntes que he encontrado por "internete" sobre Genética Molecular. Me parece que están muy completos y muy bien explicados, seguro que alguien les saca partido ahora que se acerca Septiembre. Genética Molecular (UBarcelona)

miércoles, 4 de julio de 2012

Iglesia y prados de Tolibia de Abajo


El arroyo de las Tolibias parte en dos el pueblo miestras salpica el valle de prados verdes que en el estío recuerdan quehaceres de otros tiempos. Pueblo de paso que hace muchos siglos observaba a las tropas romanas en su peregrinar hacia tierras Astures a través del paso de Vegarada. Por San Isidro no es difícil escuchar una variante del romance "La Dama de Arintero" mientras las campanas de la iglesia llaman a misa. Iglesia en cuyo interior se encuentra una capilla del siglo XII con escudos de tres célebres apellidos del valle: Orejas, Getino y Canseco. Gentes duras que sobreviven tras las hoces y detrás del desarroyo y que allá por 1916 mandaron tallar el busto que se erije a un kilómetro del pueblo camino de Lugueros y que no es otro que el del maestro del pueblo, "Don Pedro García de Robles" como dirían aquellos muchachos que tras los mocos y los sabañones fraguaban un gran aprecio y admiración por este profesor de principios del siglo pasado.


Es aquí, en el fondo del tiempo, en el lateral de la civilización, sobre estos verdes prados, donde la nieve se convierte en vida y la conciencia aprendió a sestear sobre una manta de lana y un cesto de paja.

sábado, 23 de junio de 2012

Paseando por Gete


Hay una ruta a apenas 50 Km de león, llamada la ruta de la transhumancia o ruta del coto de gete muy recomendable, poco explotada, fácil de realizar y muy bonita. El otro día Laura y yo después de comer cojimos la cantimplora y los prismáticos y subimos a hacerla, os la recomiendo. Parte del extremo más meridional del pueblo y asciende por las faldas del pico Fontún, dejando la ribera del río Gete a nuestra izquierda hasta una pequeña cabaña o choza ganadera restaurada por el ayuntamiento de Cármenes para disfrute de los visitantes. Esta choza, similar al horreo de los ancares, constituía el único mobiliario del que contaban antiguamente los pastores cuando pasaban en estos valles junto con sus ovejas el estío. Personalmente conozco varias chozas de este tipo distribuidas por nuestra montaña pero ésta de Gete es sin duda una de las mejor conservadas.

Si miramos hacia atrás vemos por donde hemos ascendido. Lo llaman el bosque de Gete y no les falta razón


El camino es amplio y se abre paso entre vacas y espinos albares (Crataegus monogyna). Durante el ascenso es maravilloso escuchar al ya escaso cuco en la ribera del gete. Reconfortante es hacer una parada a la sombra de un expléndido fresno o un gran abedul (Betula alba), o del siempre embrujado Alnus glutinosa (Aliso) mientras en nuestros oidos entra el "ka" "ka" "ka..ka...ka" de nuestra Alectoris rufa. Pronto dejamos atrás la ribera, los madroños, el sonido contínuo del agua para adentrarnos en el praderío, aquí es donde comienda la caliza, las faldas del pico Fontún son territorio de escobas o retamas negras (Cytisus scoparius) y brezos (Calluna vulgaris). También distinguimos alguna Erica scoparia. Las margaritas, tanto blancas como amarillas salpican el valle junto con la Calendula officinalis y los botones de oro (G. Ranunculus). Así poco a poco y contemplando este maravilloso enclave natural llegamos a nuestro destino, la choza de la que hablamos antes. Si continuamos ascendiendo, en apenas 300 metros podremos contemplar Villamanín en el fondo del valle anexo.

 Herbácea del género Saxifraga sobre la roca caliza. Género muy habitual por estas latitudes


Ahora descender, deshacer el camino andado y disfrutar.



Un saludo



lunes, 18 de junio de 2012

El conejo no es un roedor

Al contrario de lo que la mayoría de la gente cree, el conejo no es un roedor (orden rodentia). No es un roedor aunque como éstos también roe (raya alimentos o cosas lentamente) para hecer que sus incisivos no crezcan sobremanera. Los incisivos del conejo pueden llegar a crecer 10 cm por año.

                                                                                    El conejo de monte: "Oryctolagus cuniculus"
 
El conejo pertenece al orden lagomorpha, por tanto es un lagomorfo y no un roedor. Para que queden patentes las diferencias entre ambos grupos aquí las dejo enumeradas:

1. Los lagomorfos tienen seis incisivos, tres pares. Poseen dos pares arriba, uno detrás del otro y un par abajo, mientras que los roedores tienen cuatro incisivos, un par arriba y otro par debajo.

2. Los lagomorfos hacen sus madrigueras a "ras" del suelo mientras que los roedores pueden habitar en cualquier lado, árboles, cañerías...

3. Los lagomorfos tienen cubiertas de pelo sus extremedidaes, rabo o patas mientras que los roedores las tienen desnudas.

4. La alimentación de los lagomorfos se basa en los vegetales, mientras que los roedores comen de  todo.

5. En los lagomorfos el escroto (bolsa que aloja a los testículos) está situado en una posición anterior al pene mientras que en los roedores y la mayoría de los mamíferos se posiciona por detrás del pene.

6. Los lagomorfos poseen orejas muy grandes porque funcionan como principal órgano termoregulador mientras que en los roedores no encontramos orejas proporcionalmente tan desmesuradas.

7. El labio superior o belfo superior de los lagomorfos está dividido en dos mientras que en los roedores no, o de forma meno pronunciada.

Un saludo

martes, 8 de mayo de 2012

El imperativo territorial de Robert Ardrey

Texto de Ernesto Milá:

Robert Ardrey define el imperativo territorial como el impulso que lleva a todo ser viviente a conquistar y defender su propiedad contra eventuales violaciones realizadas por miembros de su especie. El territorio satisface la necesidad de identificación que todos los seres biológicos experimentan. Cada grupo de una especie, y cada individuo dentro de ese grupo, tienden a identificarse con una parcela territorial mayor que ellos y en donde su presencia sea más duradera. Los seres humanos somos “animales territoriales”, a los que el instinto de supervivencia nos impulsa a “poseer” un territorio (hogar, Nación, espacio físico vacío en torno nuestro al movernos) que podamos considerar inequívocamente como “nuestro”. Residimos y nos gusta poseer en propiedad un Hogar en el que vivir, que consideramos como territorio específicamente propio e, incluso, dentro de él, tenemos zonas en las que nos sentimos más cómodos y objetos que nos desagrada ver utilizados por otros, un sillón, un lecho, una habitación, la propia cocina, etc.
Si un delincuente irrumpe en nuestro hogar, sin duda, estaremos dispuestos a defenderlo con uñas y dientes y, la misma legislación, considerará un eximente, haber acabado con alguien que pretendiera saquear nuestro hogar. El cocinero reacciona de forma airada y hostil cuando otra persona se introduce en su espacio de trabajo. Así mismo, tenemos unos territorios colectivos (la Nación, la Región) que nos proporcionan distintos niveles de identidad, que los consideramos “nuestro” y que, así mismo, estamos dispuestos a defender. Este “instinto territorial”, como cualquier otro instinto, es irracional, pero, no por ello, menos real, normal e inevitable. Ardrey concluye: «El hombre posee un instinto territorial, y si defendemos nuestro hogar y nuestra patria es por razones biológicas; no porque decidamos hacerlo, sino porque debemos hacerlo». Más adelante prosigue: «El lugar desempeña un papel en la identificación: piénsese en el sudista borracho que llora su whisky con acentos de Dixie, en el perro que vuelve a la casa de la que le ha echado su amo, en el salmón del Pacífico que regresa, tras pasar años en el mar, al arroyo donde nació, e incluso en Leonardo tomando el nombre de su ciudad natal: Vinci». El territorio es la zona en la que se desarrolla la vida y en donde se encuentran los elementos propios para la supervivencia; en su interior se ejerce el instinto de la reproducción. La tendencia innata de los animales a defender un área determinada que consideran propia, individualmente o de la manada, se pone en marcha, particularmente, contra miembros de la propia especie. Los territorios se defienden mediante pautas de conducta específicas: el perro “marca” su territorio orinando, mientras el ser humano coloca fronteras que delimitan su comunidad nacional, o bien paredes y puertas para marcar su territorio íntimo. Dentro de esos espacios, tanto el animal como el ser humano, se sienten seguros, conocen sus límites y esto les indica dónde empiezan sus dominios y el de sus vecinos. El instinto territorial indica el límite de lo colectivo (el grupo, la manada, la nación) y de lo personal o familiar, describiendo relaciones jerárquicas más o menos complejas.La territorialidad es una parte innata de la conducta animal. Toda las especie mantienen territorios fijos y espacios individuales; todas las especies establecen límites para acceder a esos espacios; todas las especies, finalmente, establecen límites, exclusiones o admisiones en los territorios de su propiedad. En la naturaleza, el “derecho de admisión” está siempre reservado. Y, por lo mismo, el patriotismo o el nacionalismo se interpretan como la expresión humana del instinto territorial de todo animal y la desconfianza al extranjero, al que no es como nosotros, es una tendencia natural que podrá ser atenuada, pero que jamás desaparecerá del todo, en tanto que instinto innato incrustado en nuestros genes. Robert Ardrey escribe: “Este lugar es mío, soy de aquí, dice el albatros, el mono, el pez luna verde, el español, el gran buho, el lobo, el veneciano, el perro de las praderas, el picón de tres espinas, el escocés, el skua, el hombre de La Crosse (Wisconsin), el alsaciano, el chorlito anillado, el argentino, el pez globo, el salmón de las Rocosas, el parisino. Soy de aquí, que se diferencia y es superior a todos los otros lugares en la Tierra, y comparto la identidad de este lugar, de modo que yo también soy diferente y superior. Y esto es algo que no me puede quitar nadie, a pesar de todos los sufrimientos que pueda padecer o a donde pueda ir o donde pueda morir. Perteneceré siempre y únicamente a este lugar". La territorialidad humana es de la misma naturaleza que la animal, aunque, por la complejidad de las sociedades humanas, la territorialidad humana tenga un desarrollo más sofisticado. Es inevitable -repetimos, genéticamente inevitable- que el instinto territorial y sus cristalizaciones político-sociales entre los humanos, reaparezcan una y otra vez, obstinándose en desmentir las más osadas afirmaciones de los aventureros progresistas del intelecto. Es evidente que los animales no son “imperialistas” y que, incluso, algunas especies evocan los deseos del ministro Bono (“prefiero morir a matar”); los ratones nórdicos, por ejemplo, cuando no encuentran alimento, se suicidan en masa. Pero se trata de excepciones. El imperialismo humano apenas es otra cosa que una patología de civilizaciones modernas, que aparece cuando los elementos económicos y la noción de beneficio, se convierten en dominantes. La noción de “Imperio” –opuesta a “imperialismo”- es cultural: un pueblo dotado de una misión y de un destino aspira a englobar en él a otros pueblos, a transmitirles su estilo de vida, que consideran superior; el Imperio Romano evidencia estas características como ningún otro. Sus legiones caminaban al paso con la civilización. Por lo demás, en aquellos tiempos, también existió el caso excepcional de comunidades que, acosadas por púnicos o latinos, prefirieron el suicidio a la rendición. El instinto territorial era tan fuerte y estaba arraigado que la posibilidad de ser alejado del propio marco geográfico generaba un terror superior a la muerte. La muerte heroica no podía hacer olvidar la cuestión de fondo: perdida la tierra que nos vio nacer, mejor morir. ¿Y la libertad? La posibilidad de ser privado de ella, implica el estímulo del deseo de revuelta, hijo directo de la agresividad; cuando la revuelta, desde el punto de vista objetivo, resultaba imposible y conducía a una muerte inevitable, el sentimiento de agresión que, hasta entonces se había ejercido hacia el enemigo, se volvía contra uno mismo; por eso los habitantes de Numancia y Sagunto, o los zelotes de Massada, se suicidaron antes que rendirse. Por otra parte, da la sensación de que el instinto de conservación y de supervivencia, cuando se alcanzan situaciones límites, conducen a dos tipos de respuestas: la muerte heroica (la agresividad volcada hacia el adversario, fatalmente y sin posibilidad cierta de sobrevivir) y el suicidio (la agresividad volcada hacia uno mismo), cuando la intensidad del temor a la muerte es inferior al temor a la esclavitud, el sufrimiento, la tortura, la cárcel o el exilio. Existen motivos que inducen a seres humanos a abandonar su territorialidad e inmigrar a otros territorios, tendencia que es presentada por los hostiles a la etología como indicativos de que el esquema, cierto en las especies animales, no puede aplicarse a los humanos. Pero, en estos casos también se reconstruye el proceso pues, no en vano, los inmigrantes tienden a agruparse en barrios y zonas específicas que, progresivamente, consideran como propias, se niegan a abandonar sus tradiciones seculares que les recuerdan a su tierra natal e, incluso, refuerzas sus vínculos identitarios. La “moriña”, la añoranza de la tierra natal entre gente que, por causas económico-sociales se han visto obligadas a inmigrar, es un último reflejo –de singular fuerza, por lo demás- que indica que el instinto territorial está siempre presente. En tiempos en los que las sociedades eran menos complejas, una de las máximas penas a las que podía ser condenado un reo era al “exilio”, es decir al abandono forzoso de la tierra que le vio nacer; era como si una parte del alma del condenado se perdiera. La historia, lo único que ha hecho ha sido reforzar la complejidad de las sociedades humanas, pero no alterar las pautas innatas de comportamiento. Robert Ardrey es, sin duda, quien ha trabajado más el tema del instinto de territorialidad como elemento básico de las motivaciones del comportamiento. Ardrey se apoya en los trabajos que Elliot Howard, realizó en los “felices veinte” sobre las aves. Ardrey concluyó en su trabajo sobre el “Instinto territorial” que el hombre delimita fronteras y límites de propiedad, como evolución del instinto de los animales y de los métodos que utilizan para demarcar sus propiedades. Una alambrada, un cartel de “Aduana”, una barrera, delimitan una frontera, al igual que una puerta y unas paredes albergan el contenido de una “propiedad privada”, así el ser humano, evita conflictos innecesarios y el hecho de que “su espacio” pase inadvertido ante eventuales intrusos. Ese mismo comportamiento está presente en todas las especies animales. Los animales utilizan distintos procedimientos para marcar su territorio: las aves realizan advertencias sonoras, cantando en lugares bien visibles, el rugido del león se escucha a kilómetros de distancia anunciando su presencia y el dominio sobre su territorio; otras especies utilizan métodos olfativos y marcan su territorio son secreciones corporales, como la gacela Thomson, el venado rojo de Escocia, la hiena, diversas clases de antílopes, el león y nuestro habitual y consabido perro doméstico. Existen aves de plumaje endiabladamente cromático que se sitúan en los lugares más visibles de un territorio para indicar que es “suyo”. En general, las especies animales tienden a eliminar la ambigüedad en los procesos de reconocimiento de sus fronteras. Pues bien, a eso mismo, tiende el derecho internacional. Las fronteras humanas, al igual que las establecidas por las especies animales, no son estáticas. Por el contrario, están sometidas a constantes procesos de modificación, por ejemplo, cuando una comunidad animal crece, precisa, inevitablemente, un mayor espacio territorial o si un fenómeno climático, acarrea una modificación en las condiciones del medio en el que se desenvuelve una especie concreta, esto repercute inmediatamente en el territorio que “precisa” controlar. Tanto el establecimiento de fronteras, como su defensa o ampliación, adquiere, entre las especies animales como entre las humanas, la dimensión de un conflicto. Las especies animales saben que contra más pequeño es un territorio a defender, con más ahínco se realiza y existen más posibilidades de éxito; por el contrario, si este espacio es extremadamente dilatado, sus posibilidades de defensa disminuyen. Análogamente, la historia de la humanidad demuestra que los grandes imperios son extremadamente vulnerables. Así lo entendió Julio César, genial caudillo militar y político extremadamente hábil, quien entendió que la dimensión geopolítica del Imperio Romano era el estanque mediterráneo y renunció a extenderse por los bosques de Germania. Por el contrario, Alejandro Magno, glorioso militar, carecía de visión geopolítica y no dudó, de victoria en victoria, en dilatar excesivamente las líneas de su imperio, abandonando sus límites geopolíticos, y, por tanto, condenando su construcción a un final rápido. Pocos años después de la muerte del Alejandro, su Imperio se había desaparecido completamente. Otro tanto ocurrió con Atila o con Gengis-Khan y, seguramente, con George W. Bush, líderes todos de imperios que han dilatado excepcionalmente su área de influencia, condenándose, por lo mismo, a un rápido desbordamiento. El propio territorio no se defiende con el mismo valor y arrojo que el territorio que se aspira a ocupar. Los marines americanos en Vietnam no entendían las razones de su presencia en el Sudeste Asiático, sin embargo, las Juventudes Hitlerianas respondieron en su territorio de manera fanática e insensata a los tanques soviéticos y norteamericanos cuando cruzaron el Rhin y el Oder. Los humanos no son los únicos que reconocen que han sido vencidos. De hecho, en la mayoría de especies animales existen rituales de pacificación, especialmente en aquellos que actúan en los que actúan aislados. En esos casos, el individuo vencido no huye sino que adopta un comportamiento que evidencia su derrota y sumisión. Habitualmente, el vencido expone parte vulnerables de su cuerpo, a la vista del adversario, o bien, si es macho, adopta el comportamiento de una hembra. Entre los primates, el macho vencido se deja montar por el dominante, imitando la cópula, evidenciando su derrota. Individuos de otras especies, cuando experimentan la sensación de la derrota, muestran su trasero al macho dominante en señal de derrota. En el fondo, entre los humanos vencidos, el comportamiento no es distinto. En caso de derrota se firma un tratado de paz que deja humillado e indefenso al vencido (tratado de Versalles, tenido como paradigma de un tratado vengativo, o Proceso de Nuremberg, proceso contra Saddam Hussein, Causa General tras la Guerra Civil Española, verdaderos rituales de victoria que subrayan las culpas del vencido). Existe otra analogía entre las especies animales y la humanidad civilizada. Los “jefes” ocupan siempre el lugar más seguro y los territorios menos expuestos, por el contrario, los que ocupan los lugares más bajos de la jerarquía están situados en las zonas más expuestas al enemigo. El bunker de la Cancillería de Berlín, estaba al abrigo de cualquier ataque aéreo o artillero; el refugio antiatómico en el que serían alojados los miembros del gobierno norteamericano en caso de ataque atómico, es, simplemente, inaccesible; sin embargo, los soldados del frente del Este, los pilos de caza nocturnos, los miembros de la Volkstrum, estaban expuestos a sufrir las mayores bajas en los combates en defensa del territorio alemán ante los tanques rusos. Y es que siempre, en todas las especies biológicas, los machos poseen una parcela cuya seguridad es inversamente proporcional a la distancia del centro del área en que vive el rebaño. El macho más fuerte –el líder- ocupa el territorio central y los demás se distribuyen en los alrededores. Contra más cerca se está del centro del territorio de una especie, más seguro se está, pero, así mismo, ese centro es defendido con más dureza. Al contrario, los territorios más distantes de ese centro –la periferia- se defienden con menos encarnizamiento. La tenacidad en la defensa de un territorio aumenta a medida que nos aproximamos a su centro y disminuye en la periferia. El instinto territorial entre los humanos cristaliza en las ideas de patriotismo (apego a la “tierra de los padres”, ya sea una nación, un Estado o un territorio), nacionalismo (sobrevaloración de la propia nación en detrimento de las demás), el arraigo (apego del individuo a su patria chica, patria carnal o tierra natal), la identidad (conjunto de rasgos antropológicos y culturales de una comunidad concreta, verdadera conciencia territorial), la topofilia (sentimiento extremo de identidad con la tierra natal) y la geopiedad (lazo existente entre los habitantes de un territorio y la naturaleza).La especialización de las actividades humanas hace que cuando se trata de la defensa colectiva de una nación o de una comunidad, la tarea haya sido encomendada a una “organización” específica, las fuerzas armadas. En esta estructura se encuadran los “guerreros” de otro tiempo, es decir, aquellos individuos mejor adaptados, física y mentalmente para esta tarea y encarnación de la necesidad de defensa de toda la Nación. A ellos les compete la defensa de la comunidad. La defensa de cada uno de nosotros. Negar la necesidad de las FFAA implica negar la posibilidad de defensa de la comunidad que, a la postre, no es otra cosa que la negación de un instinto básico de la naturaleza humana. En consecuencia, un puro sinsentido. A fin de cuentas, la tarea de los etólogos ha consistido en cortar de raíz las especulaciones progresistas que habían creado un sistema de valores y una visión de la sociedad que era, justamente, la negación de nuestra naturaleza más profunda. Los lobos sueles ser ecuánimes, distan mucho de ser esos asesinos despiadados de ganado con que han sido pintados desde los cuentos infantiles; los lobos pueden perdonar al adversario vencido, pero jamás veremos un lobo pacifista, ni una hormiga dispuesta a dialogar con la “cultura” de los insectos rivales. Se conocen casos de delfines que han ayudado a sobrevivir a náufragos, aun a costa de su vida y es posible que ustedes, como yo, conozcan casos de perros que han evitado que sus dueños fueran expoliados por delincuentes. Castre a una especie de su instinto territorial o de su agresividad, y esa especie sucumbirá en esa misma generación. Forme generaciones de pacifistas, eluda hablar del combate y de la muerte, como posibilidad de lo humano, y lo que logrará, finalmente, es una comunidad que se derrumbará ante la primera dificultad. Se pueden reconducir, encuadrar e integrar la agresividad y el instinto territorial, pero jamás logrará desaparecer del todo. Cuando un ministro de defensa como José Bono afirma con una seriedad pasmosa que prefiere morir a matar, simplemente está engañando en el mejor de los casos (Bono siempre ha sido un fino estilista en el arte de la demagogia y el populismo) o, en el peor, es un rematado ignorante de la naturaleza humana. Pues bien, esto que parece extremadamente simple, demostrado por la etología, es negado por aquellos “humanistas” sobre la base de pensadores románticos, utopistas de todos los pelajes y soñadores que, por no conocer, ni siquiera conocen su propia naturaleza. Ilusos y babosillos cuyo orgullo intelectual les impide recordar que también en nosotros los humanos, existe un sustrato biológico que condiciona nuestra existencia.Las doctrinas progres, negadoras de la evidenciaEl marxismo, antes de entrar directamente en el basurero de la historia, percibió claramente que la etología y la biología clásica y la molecular, apuntaban directamente contra la línea de flotación de su doctrina. Hoy sabemos que los hombres no nacen “iguales” (aunque lo sean en derechos, no lo son biológica, física e intelectualmente). Hoy sabemos que la educación puede corregir tendencias, pero no abolir instintos. Hoy sabemos que el nacionalismo y el apego a la tierra natal, jamás lograrán ser sustituidos definitivamente por un vago internacionalismo o un “comunismo” primitivo que jamás existió. Sabemos también que la “lucha de clases”, cuando se da, no es sino la traslación de una forma de conflicto intragrupal, expresión del instinto de agresividad y de supervivencia de un grupo social concreto que aspira a conquistar el estatus del otro grupo. Negar la naturaleza biológica del ser humano y el peso de sus instintos en su ecuación personal, llega a monstruosidades como el GULAG soviético. Las ideas de los etólogos son, sencillamente, peligrosas para los teóricos del “humanismo progresista” actual, como ayer lograron desarmar ideológicamente al marxismo y convertir sus farragosas teorías en bromas pesadas. Pero esto no ha sido óbice para que el progresismo moderno siga siendo aplicado sistemáticamente en el Primer Mundo. Este pensamiento es dogmático (sus principios son presentados como inamovibles e indiscutibles, someternos a juicio equivale a hacerse sospechoso y culpable de delito intelectual) e intelectual (no se basa en principios científicos sólidos, sino en especulaciones y originalidades propias de charlatanes). Sus dogmas básicos son:1) Todos los hombres somos iguales (habría que matizar: iguales en derechos, no en capacidades; incluso habría que revisar esta idea: los derechos deberían de estar –como, de hecho, estuvieron- establecidos en función de las responsabilidades y de los esfuerzos; la idea de igualdad no existe en la naturaleza; en metafísica, por lo demás, desde Aristóteles se sabe que cuando nos individuos son exactamente iguales, no estamos ante dos individuos sino ante uno mismo). 2) Las pautas de comportamiento y el carácter son fruto de la educación (lo cual no explica el por qué los psicótapas siguen siéndolo después de años de intentar modificar sus pautas de comportamiento y por que, jóvenes con la misma educación, edad y nivel cultural, responden de manera completamente diferente a los mismos estímulos).
3) La agresividad es producto de la "represión" (teoría que vale para algunas formas de agresividad y para algunos tipos humanos particulares; de hecho, la observación de la realidad indica que, en el mundo moderno, la disminución de represiones, tiene como contrapartida el aumento de las formas más patológicas de agresividad).
4) El progreso es la tendencia natural de la historia (olvidando que la historia de la humanidad evidencia que los movimientos de ascenso y descenso se han ido alternando en distintos momentos de la historia y que la creencia en el progreso general e indefinido de la humanidad es, acaso, el mito más difícil de demostrar).
5) las diferencias entre pueblos o razas son culturales, no biológicas (se absolutiza el papel de la cultura y se considera a la biología como un engorro que, en el fondo, puede ser superado mediante lavados de cerebro culturales; por tanto se niegan las diferencias antropológicas entre los pueblos, sus predisposiciones naturales, sus intereses y sus capacidades, se niega, en definitiva, su herencia biológica). ++
6) La economía es el único factor de la Historia (cuando la economía ha influido en la historia, no ha sido más que un instrumento del instinto de supervivencia y cuando, interaccionando con el instinto territorial y la agresividad, han motivado los grandes movimientos históricos).
Los desarrollos de la etología, según Benoist, sirvieron para desarmar ideológicamente al marxismo y al pensamiento rouseauniano. Dice Benoist: “La propiedad privada no es el resultado de la división del trabajo (como pretendía Rousseau), ni de una "contradicción" en la relación de las fuerzas productivas (como pretendía Marx). Simplemente es, como todos los fenómenos de posesión, una institución natural cuyo origen se pierde en los meandros de una herencia prehumana”. Las filosofías de Rousseau, de Marx o de Freud están ampliamente superadas por los descubrimientos de la antropología y la etología contemporáneas: “¿cómo podía Marx, en su época, saber que la propiedad está marcada por centenares de millones de años de evolución? ¿Cómo podía imaginar Freud que la jerarquía es una institución común a todas las sociedades animales, y que la tendencia a domar a sus congéneres, a devenir un "alfa", es un instinto tan vital como (él también) arcaico, de centenares de millones de años? Rousseau, ¿podía imaginar que el australopitecus africanus, del cual sin duda descendemos, era un carnívoro, un matador, y no un ser "bueno por naturaleza al que la sociedad corrompe"?”. Gracias a las aportaciones de la etología es posible emprender, de ahora en adelante, una crítica radical a las filosofías basadas en el pensamiento de Rousseau. El hombre no es "bueno por naturaleza". En su nacimiento, no es ni "libre", ni "igual" ni nada de lo que de ello sigue. Profundizando en esta crítica, aun podemos sustituir las palabras de orden equívoco de "retorno a la naturaleza" por las de un "retorno a la cultura". La naturaleza, dicen los filósofos de la vida, nos enseña lo que somos, pero no lo que podemos llegar a ser. Y lo que somos está demasiado claro a la luz de la etología científica como para que podamos negarlo: somos seres territoriales, estamos en la escala evolutiva en la que estamos gracias a que las armas nos ayudaron a sobrevivir en medios hostiles, descendemos de cazadores- guerreros, tenemos en nuestros circuitos biológicos un impulso agresivo modulado por la racionalidad.

lunes, 26 de marzo de 2012

miércoles, 21 de marzo de 2012

jueves, 8 de marzo de 2012

What's happened??

Cuando cabalgas por el fondo del más absoluto de los fracasos, personal y social, cualquier asidero es bueno para detener el declive, aún a sabiendas que dicho asidero te abrirá la puerta a la más delirante mediocridad. Cuando los posos de la desidia y la dejadez adulteran el agua clara y cristalina quizás sea el momento de dejarlo todo, de comenzar de nuevo, de enmendar acciones pasadas que no han hecho sino indicarnos el camino de la insatisfacción. Cuando tu historia reciente no es sino un cúmulo de errores y los sueños que de niño elucubrabas se han convertido en quimeras inalcanzables, es obvio que tu incapacidad para afrontar responsabilidades se ha convertido en el detonante de tu desafortunado deambular por el mundo.

lunes, 5 de marzo de 2012

La rana Goliat

Conraua goliath es el anuro más grande del mundo, o lo que es lo mismo, es la mayor rana del mundo.

Esta super rana es originaria de Camerún y de Guinea Ecuatorial, llega a maedir más de 30 cm desde el hocico hasta la cloaca y puede saltar 3 metros con una sola impulsión, lo que no es poco teniendo en cuenta que hay ejemplares de 3 Kg de peso.



viernes, 2 de marzo de 2012

El dragón de Komodo

La familia de los Varánidos tiene una distribución muy amplia por toda África, Asia y Oceanía. Así, existen algunas especies que se encuentran aisladas en pequeños archipiélagos, como consecuencia a través de los años han ido evolucionando hacia el gigantismo. El ejemplo más notable de este hecho es la especie Varanus komodiensis que habita en la isla de Komodo y es el representante más grande de su género, siendo el más largo el Varanus giganteus que puede superar los cuatro metros de longitud. Los representantes más pequeños del género son el Varanus brevicauda y el Varanus storri cuyo tamaño máximo no supera las 25 cm.


Varanus komodiensis
, más conocido como "dragón de Komodo" puede alcanzar los 4 metros de longitud y pesar más de 160 Kg de peso. Los pobladores de las islas donde habitan estos lagartos los temen debido a su poderosa mordedura y es que el mordisco de estos saurios es venenoso y sus dientes portan tan cantidad de bacterias que la infección está asegurada. Si tras la mordedura no acudes rápidamente a un centro de salud, algo inprovable en estos lugares, puedes morir en pocas horas.

Distribución del dragón de Komodo

Dicho todo ésto, los dragones de Komodo no son tan fieros como les pintan, ya que si se han producido ataques y víctimas en los últimos años se debe al acoso que están sufriendo estos reptiles en sus propias islas. La deforestación y la caza indiscriminada esta dejando sin cobijo y alimento a los últimos dragones. Por todo ésto los nativos, para palear la amenaza de los reptiles les ofrecían cabras pero grupos de "ecologistas" extranjeros presionaron hasta prohibir este sacrificio. Entonces los dragones empezaron a buscar cualquier otra presa para paliar su hambre, incluido a los humanos.

Los dragones siempre fueron seres malignos para los países europeos y benefactores a la vez que protectores para los asiáticos, de forma muy especial para los chinos, de ahí que este año 2012 sea el año del dragón. Los verdaderos dragones, por los que nacen las historias medievales desaparecen olvidados por nuestras autoridades mientras que los dragones económicos los relegan al olvido y la leyenda. Que sirvan estas líneas para recordar que los dragones sí existen, al emnos por ahora.

viernes, 17 de febrero de 2012

martes, 17 de enero de 2012

La belleza....1ª Parte

Dice la RAE que la belleza es la propiedad de las cosas que hace amarlas, infundiendo en nosotros deleite espiritual. Esta propiedad existe en la naturaleza y en las obras literarias y artísticas.
Según la RAE también, cosa es
todo lo que tiene entidad, ya sea corporal o espiritual, natural o artificial, real o abstracta.

Las personas todavía no nos hemos puesto de acuerdo a la hora de definir la belleza, quizás porque la belleza no se puede definir. La belleza es una cualidad, un concepto, un sentimiento, la belleza es relativa, no hay un criterio universal para expresarla, para definirla, a pesar de que existen aproximaciones. Son muchos lo que consideran que la belleza es aquello que resulta agradable a los sentidos y que por consiguiente causa placer, pero no todo o que causa placer tiene porque ser bello.

Lo que está claro es que para cada individuo, para cada grupo social, para cada etnia, para cada época, existe y ha existido un modo particular y diferente de exteriorizar la belleza. Los exuberantes culos de las mujeres Hotentones, las mujeres con cuellos de jirafa, los pequeños pies atrofiados de las chinas, las mutaciones nasales, auriculares y labiales de algunas tribus africanas o americanas, las cabezas cuadradas de ciertas esculturas de Etiopía han sido y son considerados modelos de belleza para ciertos grupos de personas y en determinadas épocas históricas......

Mañana más....

miércoles, 11 de enero de 2012

Un cubo negro

Estamos hablando de un cubo, no de un cuadrado con encefalograma plano. Es un cubo negro, en el medio del universo rodeado por sus 16 aristas de un infinito espantoso. El cubo da vueltas sin rumbo ni eje, flota en el medio de la nada hacia ninguna parte lleno de aire puro y luz. El cubo pasa delante del sol a menudo, pero no se siente iluminado, pasa desapercibido, absorbe los rayos sin reflejarlos como quien come una sardina tragándose hasta la última de sus espinas. El calor que el sol desprende no tiene cabida en el interior del cubo, este calor que para otros es imprescindible pasa por las caras del cubo indiferente.

Es posible que el cubo no descienda jamás a la tierra, su fuerza cetrífuga en vez de atraerle lo desplaza lejos de su atmósfera, parece una advertencia, la tierra le oboga a huir a sabiendas que en ella no encontrará el cobijo que el cubo busca. Sin destino conocido e invisible a nuestros ojos el cubo levita y con él sus ocho esquinas, duras y tersas como el pene de un adolescente. Esquinas abocadas a curvarse ante la inmensidad del tiempo y el roce inapreciable de las partículas estelares.

Si bien es cierto el cubo tiene una valía interior sorprendente y que todavía no voy a desvelar. El cubo es necesario para que todo tome sentido. Ahora se encuentra sobre las inmensas llanuras de Mongolia impasible sobre las cabezas de los satán, esa tribu arcaica que habla con los caballos. El cubo no observa, no juzga y jamás se detiene, como mucho se cierne cuan elanio sobre nuestras cabezas cuando el aire nepalí golpea una de sus aristas y voltea sobre sí mismo, pero siempre con una precisión y belleza funambulista. Es bello y perfecto, preciso como las matemáticas y trasparente como la inteligencia, inobservable e impasible, ligero y nómada como nuestras almas.

Podría decir que de pequeño me contaron un cuento que versaba sobre un cubo, pero estaría mintiendo, así que prefiero faltar a la verdad diciendo que tengo un amigo que ya no es tal, que de pequeño me dijo que su abuelo, fallecido ya de aquella le contó un cuento sobre un cubo negro que atrapaba las almas de todos aquellos cuantos morían en la tierra sin haber realizado sus sueños realidad. Introducía dentro de sí almas frustradas e infelices, incapaces de vivir la vida que ellos soñaron un día desde sus almohadas, cuando la infancia nos ahoga con su impaciencia. La historia que os voy a contar trata de un cubo que quiso ser esfera y rodar cuesta abajo, rápido y veloz, seguro de su fuerza.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Flor de Nochebuena

Cuenta una leyenda Mexicana que una niña de escasos recursos lloraba en Nochebuena de camino a la iglesia porque no tenía ningún regalo para ofrecer a el Niño Jesús. La misma leyenda dice que un ángel se le apareció repentinamente y le dijo que reuniera flores y maleza a lo largo del camino y cuando la niña puso su ofrenda al pie del altar, brotaron de cada rama preciosas flores de nochebuena.

Esta planta es conocida como flor de fuego, flor de Santa Catarina, flor de Pascua, o flor de bandera. En otros países, como EEUU se la conoce como: “Poinsettia” en memoria de Joel R. Poinsett, embajador de Estados Unidos en México en la primera mitad del siglo XIX, quien envió semillas de esta flor a Charleston (su ciudad natal) en el año 1828 y que posteriormente se propagaron a Europa.


Es una planta ornamental de la familia de las Euphorbiaceae que de forma silvestre crece como arbusto en centroamérica, concretamente es originaria de los estados Mexicanos de Guerrero, Chiapas y Oaxaca. Es una planta delicada, producida a gran escala en invernaderos de todo el mundo por su gran vistosidad. Requiere de bastantes horas de luz y lo que aparentemente son sus pétalos, no lo son, son brácteas, hojas modificadas de color rojo intenso en la mayoria de los casos pero que también poeden tomar colores como el amarillo, naranja, rosa o incluso pueden ser bicolores, lo que se conoce como líneas variegadas.

Hala, la ración de ciencia del día..jajaj...FELIZ NAVIDAD chic@s!!!

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Michoacán (Tierra de mariposas)...Parte 1

La Mariposa Monarca es nativa del continente Americano, habiéndose extendido a Hawai, Samoa y Tahití, así como Australia y Nueva Zelanda, transportada por barco o ayudada por el viento. La población más importante es la que se localiza al sur de Canadá y al norte de Estados Unidos, desde donde realiza una de la migraciones más sorprendentes de el reino animal.


Con la llegada del otoño, la reserva de la Biosfera que une el estado de México y el estado de Michoacán (centro de México) acoge a millones de Mariposas Monarca (
Danaus plexippus) procedentes del norte de Canadá y Estados Unidos en busca de un clima más propício para llevar a cabo su Hibernación.


La migración de esta especie comienza en el mes de Septiembre en la región de los grandes lagos, al noreste de Estados Unidos y concluye en la parte central de México a finales de Noviembre, cuando llega a sus áreas de hibernación. Pese a su aparente fragilidad la mariposa monarca recorre entre 2.000 y 5.000 Km hasta asentarse en los bosques de pino y oyamel de Michoacán donde alumbrará a la siguiente generación de este lepidóptero genial. La mariposa viajará a una velocidad media de entre 15 y 45 km./h dependiendo del viento a favor, durante seis a ocho horas al día.


La hibernación de esta mariposa hace de los árboles donde descansa un ingente conglomerado de lepidópteros, doblando sus ramas y haciendo de los caminos alfombras llenas de color.



Un saludo

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