miércoles, 21 de enero de 2009

LA CAZA

Como ya ha sucedido en otras ocasiones, voy a hacer de una contestación a un artículo una entrada, porque me parece interesante que se conozca el contenido de la misma.
En el artículo publicado el día 6 de Enero y titulado: “"MASTER EN CAZA DE PERDIZ ROJA CON RECLAMO" Cristina hizo éste comentario:
“Siento no estar de acuerdo contigo, creo que es un buena idea educar a los cazadores, ya que parte de ellos solo tienen un afán destructivo y no uno alimenticio como fue el de sus orígenes”.

Bueno Cristina, al margen de que en España ya prácticamente nadie pasa hambre como se pasó hace años, yo te voy a contestar al comentario. Precisamente por eso, que hay cazadores que solo tienen un afán destructivo, estoy totalmente en contra de estos cursos. Porque el 99% de las personas que asisten a estos cursos son los cazadores que más daño hacen a nuestro colectivo y a la naturaleza en general amén de ser un peligro en el campo para el resto e los cazadores o de cualquier persona que quiera pasar un plácido domingo en el campo, disfrutando de éste y de lo que nos ofrece.

La caza se "mama" desde nuestros orígenes, desde las etapas más prematuras de nuestra juventud, cuando no llegamos a comprender vocablos tales como rendimiento, aprovechamiento, tiempo, envidia, egoísmo o ambición. Es entonces cuando el niño toma contacto con experiencias y vivencias que le marcarán para el resto de su vida, y es aquí cuando nuestro futuro cazador sabrá valorar bajo la mano de un buen tutor, su padre, o abuelo a lo sumo, educado previamente por el suyo, ideas tales como el honor, el arte, al amor a la naturaleza, el respeto, el altruismo, etc, que el niño hará suyas y convertirá en ideales y virtudes.
Todo lo demás, cursos e iniciaciones a la caza y su entorno a avanzadas edades vienen o se producen bajo una sombrilla que enmascara el dinero, el aprovechamiento y el sacar el máximo rendimiento a unos conocimientos que una persona vende, al parecer por no saber que hacer con ellos, donde ni cuando emplear dichos conocimientos, aún peor todavía ya que, ¿qué hace cuando va al campo?, osea, que el mismo que cree saber más que los demás se comporta de manera hipócrita al no poner en práctica sus propias lecciones. Valla por Dios.

Éstas mismas personas que asisten a estos cursos en donde se les enseña de forma metódica como actuar y donde ir a buscar las especies cinegéticas son las que más tarde al querer poner en práctica todos los conceptos acumulados en sus cerebros durante este curso intensivo más daño harán a la naturaleza, al comportarse de tal forma que van a intentar sacar el máximo rendimiento a un curso que les ha costado un cierto dinero y claro está, harán lo que quieran y lo que sea menester para alcanzar tal fín, porque no tendrán detrás de sí entre los terrones al tamiz de nuestro "buen tutor" del que hablamos antes.
Son las personas que asisten a estos cursos las personas que no deben llamarse cazadores precisamente por su predisposición mercantilista y puramente deportivista con la que salen al campo. Digo deportivista porque como en cualquier deporte y si a la caza la consideramos así, una actividad púramente deportiva ("graso error") no va a ser menos, saldremos a hacer nuestro deporte para intentar sacar el máximo rendimiento (piezas abatidas en el menor tiempo posible) a nuestra jornada de caza, con lo que esto significa: no respetar a los demás, ni cazadores ni cualquier otra persona que esté por el campo, ya que pueden hacer que perdamos tiempo al rodearlas o al descargar la escopeta cuando nos aproximamos a ellas, no valla a ser que nos salte la "raboma" y no la podamos tirar, ¡valla vergüenza más tarde en el bar, cuando se lo cuente a mis amigos, los de la peña de los ¡"bocachancla" y el sombrero de terciopelo!.
Estas mismas personas no sabrán nunca cuando debe acabarse una buena jornada cinegética y “lo mismo” nos los encontramos con linternas para volver a casa a las tantas de la madrugada. Yo conozco casos de personas que llevan barritas energéticas al campo para comerlas sobre la marcha y no perder así tiempo en algo tan superfluo como puede ser el “comer”, si pueden pasarse “a cuchillo” a todo el bando de perdices. ¡Penoso señores, esto es penoso! Por favor, que alguien les regale una vaca a éstos personajillos para que llenen la barriga y nos dejen a el resto en paz. Aunque es igual de penoso que para sacar el máximo rendimiento a su “estancia” en el campo éstos G.E.O.S, porque no tienen otro nombre más “liviano” lleven auténticas realas a nuestros cotos (que ellos se creen suyos) para así poder llenarse el morral de conejos o lo que se tercie, haciendo “manos interminables” , antiestéticas y terriblemente peligrosas. Pero claro, vete tu a decirle a una persona de semejante calaña que está incumpliendo la ley llevando al campo más de dos perros por persona o haciendo manos de más de seis personas, que a mí ya me parecen de por si excesivas. Que le vas tú a decir a este tonto del culo si eso precisamente es lo que le enseñaron en el curso de “no se que” en la finca o el coto del marqués de “agárramela y estira que siento placer”. Le enseñaron a sacar el máximo rendimiento a "cada" jornada cinegética.

En fin, que esto sucede precisamente porque hay más cursillos cursis (valga la “rebuznancia”) de este tipo de los que yo creo que debiera haber y faltan más cazadores que inculquen el arte de la caza y su espíritu romántico a sus "zagales" o que el abuelo reúna a sus nietos al calor de una buena lumbre y les enseñe a beber nuestro patrimonio nacional por excelencia, el vino de “pitarra” y las historias elucubradas bajo su influjo.
Lo demás como dije en el artículo del 6 de Enero, son jilipolleces de gilipollas que aman tanto el campo como yo los estercoleros.

Un saludo.

1 comentario:

cristina dijo...

Buenas tardes,después de haber leido el artículo quería preguntarte como sabes que esos cursos son infructuosos y además como sabes el temario que se da en ellos.
Tambiém decirte que si el 90% de los cazadores (no se estaísticas, pero por poner un número)que no salen a disfrutar sino a desfogarse matando animales porque su vida diaria les amarga, que buenos tutores van a ser con sus hijos pequeños que van a ver como su padre mata a "bambi", a "tambor" creandoles un trauma de por vida o haciendoles desde pequeños futuros furtivos que no vana a tener un respeto por nada y se van a creer que eso está bien porque como se lo han visto hacer a su padre eso es una tradicción y una costumbre.....y que van a ser capaces de matar a sangre fría a unos animales indefensos que no tiene forma de defenderse. Luego la gente se queja del maltrato, de las peleas, de que la violencia esta en las calles y que la gente cada vez tiene la "sangre más fría", no me estraña, con semejantes tutores....hacia donde va la sociedad, no lo quiero ni pensar. Un saludo

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