Habéis leído bien, los días 14 y 15 del próximo Febrero se desarrollará en un coto de Toledo el primer master-curso sobre la perdiz con reclamo. Este curso estará enfocado a el lugar que debe ocupar esta actividad en nuestra sociedad amén de una instrucción practica del desarrollo de dicha modalidad cinegética. El día 14 de Febrero se iniciará el curso con una charla sobre los conceptos elementales que “se supone debe saber” toda persona que salga al campo con su apreciado “perdigón” (macho de perdiz utilizado de reclamo). El 15 de Febrero comenzará con una charla matinal y la posterior salida al campo en el crepúsculo del día para poder deleitarse con el incesante “cuchicheo” de nuestra “Alectoris rufa”.
Este artículo es puramente informativo y me ha llamado la atención el hecho de llamar a un curso de iniciación a una modalidad cinegética “master” y es que en los tiempos que corren al parecer este apelativo suena más “finolis” y esto entre la panda de “listillos” y chupatintas que mantenemos en nuestro estado debe cuajar a la hora de recopilar domingueros con ganas de pasar un fin de semana en ese campo lejano e idílico que conocen por los “tetrabrik” de Central Lechera Asturiana.
Digo esto por que cualquier curso, master o como lo quieras llamar entorno a la actividad cinegética, actividad que ha acompañado al hombre desde que este es hombre, arcaica y arraigada como nuestras muelas del juicio, me parece “un saca dineros” y un atraco a mano armada porque no hay otra forma de amar y entender el arte de la caza que “mamándolo” desde que naces, pasando insatisfacciones y fríos que cortan hasta el “meado” y escuchando a tu abuelo a la orilla de un buen leño de roble o encina batallitas inverosímiles que dios sabe si son verdad o son elucubraciones que han salido de su bota de vino. Este curso, el de los años por tierras y terrones que pesan toneladas encima de nuestros pies es el verdadero curso que nos hará enfrentarnos a nuestra “patirroja” deportivamente, respetarla y mimarla como a nosotros mismos, lo demás son “jilipolleces” de gilipollas que aman tanto la caza como yo los estercoleros.
De todas formas que quede constancia desde estas líneas que aunque me confieso un acérrimo defensor de la mayoría de nuestras tradiciones, de ésta, la caza de la perdiz roja con reclamo no lo soy tanto, ya que no me parece nada noble aprovechar el celo de nuestra perdiz, un momento esplendido de su vida y trascendental de su futuro, para llenar nuestro ya de por sí lustroso arcón. Aquí ya nadie pasa hambre.
Que será de la caza poética y deportiva que proclamaba Miguel Delibes. Quizás sean añoranzas de tiempos pasados.
3 comentarios:
Siento no estar de acuerdo contigo, creo que es un buena idea educar a los cazadores, ya que parte de ellos solo tienen un afán destructivo y no uno alimenticio como fue el de sus origenes. Un beso
Precisamente por eso estoy totalmente en contra de estos cursos. Porque el 99% de las personas que asisten a estos cursos son los cazadores que más daño hacen a nuestro colectivo y a la naturaleza en general amén de ser un peligro en el campo para el resto e los cazadores o de cualquier persona que quiera pasar un plácido domingo en el campo, disfrutando de éste y de lo que nos ofrece.
Estoy de acuerdo en el comentario dado x el autor, debido a que creo que el arte de la caza debe ser mamado desde pequeñito como bien se dice el articulo. Todo lo que conlleva a educar a gente que no son cazadores, sino gente que salen una escopeta al campo, sin respetar valores y principios que conlleva dicha actividad
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