Primavera

Ahora es la hora, valga la “rebuznancia”, de la vida. Es ahora cuando la biopausa embrionaria del duende del bosque se queda obsoleta y la vida poiquiloterma inunda caminos y lindes en otros épocas del año yermas de vida.

Es ahora junto con el otoño, las dos épocas del año que más me gustan y de las que mayor disfrute obtengo, si no fuera porque con el estío llega la hora de engrasar el haya preciosa, obra de la más alta ingeniería armamentística de los valles del Eibar, que mi abuelo me dejó en herencia.

Es ahora cuando el incesante “cáscala cáscala cáscala” de nuestras codornices suena con mayor redundancia y armoniosidad en los oidos de todos aquellos adiestrados en el arcaico arte cinegético. Es ahora cuando una vuelta por los alrededores de nuestras ciudades se puede convertir en el mejor revulsivo contra la crisis, puerros silvestres, espárragos, cebolletas, herbáceas como la uña de caballo, serán la chacina primaveral de cuantos tengan a bien darse una vuelta por aquellas tierras del alfoz de nuestras ciudades y pueblos aparentemente muertas e inservibles. Es ahora, como digo, cuando los ojos del cazador comienzan la pretemporada.

Un saludo