Borrón y cuenta nueva

Ayer fueron los 10 Km de mi ciudad, León y me acerqué a la salida con esperanzas, con más ilusión que otra cosa y consciente de mis pocas posibilidades después de dos semanas con un catarro de tres pares de narices, pero bueno, nunca se sabe e igual salta la liebre, pensaba, ingenuo de mí.


Mi objetivo era hacer una carrera a ritmo, a 3:15, tranquilo y sin sobresaltos pero ya desde el Km 4 me di cuenta que no iba a ser posible y que o me retiraba o terminaba como fuera, arrastrándome si fuera necesario, que a la postre es lo que hice. Me encontraba mal, ni mi respiración ni mis piernas me respondían, una sensación nefasta de frustración, amor propio e impotencia me chafaron los primeros 10 Km de León, sudando como un cerdo y diciéndome a mi mismo que otra vez más había hecho algo mal, una fuerza poderosa se volvía a interponer entre mi cuerpo y mi mente, entre mis zancadas y la línea de meta. En este caso la fuerza sobrenatural se llama "trancazo", mi caguen su p... madre, espero que se valla pronto porque tengo la paciencia justa después de la temporada pasada.

Ahora ya no se puede hacer nada, así que contra este mal sabor de boca solo se me ocurre una solución, que no es otra que apretar los dientes, comerme aspirinas y flumiles en bocadillos y entrenar de una forma más dura si cabe, los 10 Km de Canillejas están a la vuelta de la esquina y allí no pienso fallar.