A las siete menos cuarto ya estábamos en Canseco, dialectando con los paisanos del pueblo, perdidos como monas en un garaje, pero sin ningún problema, que no cunda el pánico, al fín y al cabo si te pierdes por la zona lo peor que te puede pasar es acabar en una cuadra, con el abono hasta los sobacos.
Imagen de Canseco en VeranoSalimos de la iglesia parroquial, en la zona alta del pueblo y en la margen derecha del Torío. Fueron 5 Km de subida, no constante, pero siempre con tendencia hacia la troposfera, entre hayedos y robledales, entre el rojo sangre y el dorado intenso que por estas fechas y junto con la berrea de nuestro ciervo hacen de estos "lares" poemas de un idílico paraiso. No hicimos la ruta completa, la ruta de las cumbres, porque nos quedamos a 2 Km del pueblo donde termina la misma, Redilluera, pero si que coronamos su punto más alto, el collado de Redilluera a unos 1.600 metros de altitud, en un prado inmenso entre lirios violeta (Iris latifolia) que como espadañas hacia el cielo predicen la pronta llegada de las nieves cantábricas. Hablar de que terminamos en este precioso prado seguramente no os diga nada pero si ahora os digo que en 5 Km de ascensión salvamos un desnivel de más de 300 metros seguro que la cosa cambia.
Bajando, pues más de lo mismo, disfrutando del paisaje y arropados por las nieblas cantábricas que junto con el cierzo que por estas moles calizas sacude con un par de cojones hizo que nos acogiéramos bajo los asientos del coche como quien se acogía al amparo de la iglesia en el siglo de oro Español.
Un día de estos os pondré las pocas fotos que sacamos. La ruta merece la pena, de las que a los machacas nos gusta, barro, frío y desniveles están asegurados, paisaje y naturaleza van de serie.
Un saludo
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