Para leer la introducción de éste artículo:
http://www.muyinteresante.tv/2009/11/sobre-esturiones-y-presas.html
Entre los años 1932 y 1967 en el río
Guadalquivir se pescaban esturiones con una frecuencia tal, como para mantener activa una pequeña fábrica de caviar en la localidad sevillana de
Coria del Río. Saber que las huevas de este pescado podían llegar a comercializarse había sido todo un
descubrimiento de la familia
Ybarra (propietaria de la fábrica) puesto que en la zona, tradicionalmente, se aprovechaba la carne de esturión, también llamado
sollo, pero sus huevas se arrojaban a los cerdos porque nadie las quería. Ésta pequeña empresa familiar ni que decir tiene que no duró mucho, al menos no mucho más allá de la apertura de la presa de Alcalá del Río, unos kilómetros aguas arriba de
Sevilla.
Los esturiones, preparados para criar, remontaban el
Guadalquivir desde los estuarios alentados por la crecida del cauce entre los meses de diciembre y Abril, y frezaban en aguas oxigenadas y con abundante grava a la altura de
Cantillana y
Tocina, treinta o cuarenta kilómetros aguas arriba de
Sevilla. Viajaban y comían pegados al lecho del río, así que mientras funcionó la fábrica de caviar distintas familias ribereñas entre Alcalá del Río y
SanLúcar de
Barrameda se ganaban el jornal colocando palangres y redes con los que atrapar a las hembras cargadas de huevos, transportándolas vivas hasta la fábrica en un camión.

En 1932 apareció la presa de Alcalá, si, pero como todo, las nefastas consecuencias que para los esturiones ocasionó esta presa no se dejaron notar hasta algunos años después. Desde la
construcción de la misma los esturiones desovaron aguas abajo de la presa e incluso en algún afluente del
Guadalquivir, pero pronto dejaron de hacerlo, así podemos afirmar hoy día que la presencia de una barrera como ésta, que impide el acceso de los esturiones a su hábitat, es más que suficiente para provocar la extinción de nuestro
sollo.
Al margen de esta historia, un informe de las Naciones Unidas da buena cuanta de la existencia en el mundo de al menos 40000 grandes presas y otras muchas estructuras menores que han convertido la mayoría e nuestros ríos en lagos interconectados con las consecuencias nefastas que esto implica para nuestros ecosistemas y las especies que en ellos habitan. España está plagada de embalses y presas que continuamente interrumpen el paso de la fauna, en especial de las especies
piscícolas. Las anguilas, hace menos de un siglo presentes en la gran mayoría de los ríos de nuestra geografía son hoy un lujo que solo determinadas franjas costeras pueden dar
fe de él.
Por favor, si no queros que esta historia se repita, ya en el siglo
XXI no deberíamos consentir la
construcción de un solo embalse o presa más sin el debido proyecto de
escalonización de la misma, que permita atravesarla sin mayores
dificultades a nuestra rica (por ahora)
ictiofauna. Tan fácil como eso. Nada más.
Pera leer más sobre el esturión:
http://lasantabiologia.blogspot.com/2008/12/avocado-la-estincin.htmlUn saludo