domingo, 11 de abril de 2010

Nuestro corredor


El deporte vuelve a azotarnos con su cara mas amarga y menos saludable de todas, nos recuerda que su sola invocación es motivo de respeto y que solo él es juez de cuanto sucede bajo su yugo. Y es que el deporte y en este caso la carrera a pié, es algo más que un pasatiempo, es más que un chute endorfínico y un pulso conmocionado por la acumulación de Kilómetros. Correr es más que la simple necesidad de dar rienda suelta a nuestro narcisismo, a la necesidad de romper con nuestro pasado, de alejarnos en "tempo presto" de cuanto nos ancla a la realidad.


Nuestro corredor también conocía todo esto y cuando se calzó las zapatillas y se ató los cordones sabia que estaba consolidando un rito milenario, arcaico y ancestral que se ha repetido a lo largo de los milenios, civilización tras civilización como presagio de la inminente y sangrienta batalla. Es la invocación de nuestro instinto nómada y migratorio el que hace que inmolemos por caminos serpenteantes nuestras neuronas y nuestro conformismo totalitario, que salgamos una y otra vez por las calles de nuestras ciudades en busca de la eterna juventud, corriendo hacia lo que ya nunca seremos.



La mente del corredor es una mente privilegiada, compleja y altamente artística, él lo sabe y se siente orgullosos de haberlo averiguado, trabajo y esfuerzo le ha costado. Ya es la hora, el tiempo no perdona, el sol, una vez más como en los últimos treinta y un años sale por Constantinopla, pero eso que importa ahora, se dice, el asfalto le espera. La pistola se dispara, su tensión también y cada vez que suicidamente impulsa su rodilla hacia el frente se zafa de cuantas contradicciones le ofrece la cotidianidad y se adentra en una galería de arte al aire libre, convirtiéndose así en Unamuno bajo el fuego enemigo.


Pasa el tiempo y sus pupilas se transforman en objetivos dirigidos y pulsados por los jadeos que esboza su faringe. La sangre de nuestro corredor es tinta en lienzo impresionista, de su paleta salen trazos agresivos y yuxtapuestos como las líneas de la mediana, que sus zapatillas devoran impasiblemente. Sus ojos se bañan de colores vivos, primarios, donde el rojo sangre juega un papel destacado y es contrapunto de la frialdad exterior. Se suceden los paisajes y los colores, ya ha roto con el realismo de la escuela de Barbizón y manet le ofrece los favores de Olimpia.


Los kilómetros se suceden y el azúcar acumulado apenas es suficiente para hacer funcionar sus piernas entumecidas, su tren superior, sus brazos se contornean como el muérdago parásito sobre una rama de roble, ajeno a cuanto sucede a su alrededor, con vida propia, sin la razón que kilómetros atrás perdió su cerebro por falta de realidad, por falta de oxígeno, por no querer mirar atrás. No piensa, no observa, no juzga, solo se somete con estremecimiento a cuantos estímulos exteriores le bombardean.


Monet le asombra con su juego de luces y solo cuando alcanza a recordar una vieja frase que aprendió en la universidad toma conciencia de lo que le esta sucediendo. Dice la frase que la embriología recapitula a la filogénia, la repite, se ríe y en ese preciso instante, justo antes de perder el conocimiento en las manos de una joven voluntaria del SAMUR, le viene a la mente otra: "La carrera a pié ha sido y es el mejor resumen que de la historia del ser humano se pueda escribir jamás, de sus inquietudes, de sus desgracias y de su futuro incierto. Es al fin y al cabo, un resumen de la vida y un préstamo de la muerte".


4 comentarios:

toño dijo...

Hola Aarón, soy Toño de Valladolid!! Has pensado alguna vez apuntarte a algún concurso literario de estos de relato corto que hay por todas partes?? En Valladolid, el Café Compás organiza uno al que se puede presentar cualquiera y dan 3000 euros al ganador...Yo te lo propongo

Santa Biología dijo...

La verdad es que llevo bastante tiempo pensándolo pero al final nunca me he atrevido, creo que perdería el tiempo, la verdad.

PTA: este finde debuto en la media, Elvas-Badajoz. Ya te comentaré.

Un saludo

toño dijo...

Metete en la página del Café Compás de Valladolid, en su certamen de relato y lee los ganadores... a mi me da la impresión que tampoco son nada del otro mundo!!

Santa Biología dijo...

Ok, voy para allá!!!! Ya estas contratado, mi relaciones públicas, jeje.

Un saludo Toño

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